Siempre me he preocupado por todo lo que pasa a mi alrededor, desde lo que los demás piensan de mí, hasta de ciertas acciones o decisiones que de alguna manera me afectaban o eso quería pensar. Me complicaba demasiado…
Hoy he cambiado y no, no he dejado de interesarme por el ambiente que me rodea, me he dado cuenta que a mí me gustan otras cosas y por ello me he descubierto a mí misma como una persona renacida, una persona creativa con ganas de experimentar la vida y las sensaciones que esto conlleva.
Me siento bien, cuando digo lo que pienso y hago lo que se me apetece sin que esto afecte a nadie, centro mi energía en crecer como persona día a día.
Cada uno toma sus decisiones y es consecuente con las reacciones de sus actos, y esto queridos lectores es lo que nos hace ser únicos.
La máxima expresión de nuestro yo es una buena manera de ser felices, comprender y aceptar que somos seres humanos con una gran capacidad que desarrollar y aprovechar es lo mejor que nos puede pasar en la vida.
¡Carpe Diem!